PAL Boletín de Febrero 2023

Amigos:

En las últimas semanas, la presión de los problemas personales se ha vuelto abrumadora. Entre familiares y amigos, ya sea recibiendo muy malas noticias de salud o estand o cerca del final de sus vidas, parece que el peso está creciendo. Recuerdo este sentimiento cuando mis dos hijos estaban activos en su abuso de sustancias. Hubo días, semanas, meses que se extendieron en años de este sentimiento. A veces tenía miedo de decir que la situación no podía empeorar por el miedo a no poder tomar una cosa más.

El otro día, estaba hablando con alguien sobre esto. Estaba compartiendo cómo PAL devolvió la cordura a nuestras vidas y, eventualmente, con la ayuda de buenos consejeros y haciendo lo que tenía que hacer, sentí que esa carga se levantaba. Aunque ninguno de mis hijos estaba mejorando, yo sí. Incluso recuerdo haberle dicho a un consejero que solo quería encontrar alegría nuevamente en mi vida, pero simplemente no podía encontrarla. Él dijo: "Nunca se fue, tú eres el problema". Continuó hablando sobre cómo mi enfoque estaba en todo lo que estaba mal, y que esencialmente había perdido cualquier sentido de gratitud en mi vida. Era cierto. Cuando comencé a trabajar en eso y aplicar lo que estábamos aprendiendo en PAL, las cosas comenzaron a cambiar para mí. Empecé a disfrutar de lo que estaba haciendo ese día en ese momento. Comencé a darme cuenta de que en la mayoría de los casos se aplicaba la frase "podría ser peor", por lo que no tenía sentido pasar todo mi tiempo enfocándome en lo que no podía cambiar.

Durante el tiempo de registro en nuestra reunión de PAL de hace unas semanas, alguien dijo: "Sabes qué, todas estas cosas que estoy aprendiendo para ayudarme con mi hijo, se aplican a todas las relaciones en mi vida". Esta declaración me recordó que alguien más dijo eso hace diez años en una reunión de PAL. Era cierto, aprender a tratar a las personas como un adulto, respuestas saludables no reacciones, la lista sigue y sigue. Es increíble presenciar como las personas " mejoran ", es increíble ver a las personas comenzar a disfrutar de sus vidas. Estoy muy agradecido por todo lo que aprendimos y por todas las personas que caminaron junto a nosotros en este viaje.

Ahora que ya nos hemos adentrado todo un mes en el 2023, rezo para que este sea un año en que PAL pueda

llegar a más y más personas. Por favor, considere ser voluntario ya que tenemos varios proyectos con los que seguro nos vendría bien algo de ayuda. Haga clic AQUÍ para inscribirse para ser voluntario con PAL. Si está interesado en saber más sobre cómo iniciar una reunión como facilitador, responda a este correo electrónico y le daremos más información.

A medida que las cosas comenzaron a acumularse en las últimas semanas y seguí escuchando más y más malas noticias, comencé a sacar las herramientas que he aprendido en los últimos años y a poner las cosas en perspectiva. Mis amigos han sido un gran estímulo y me doy cuenta de lo mucho que PAL realmente me ha ayudado incluso más allá de tratar con mis hijos. Espero que este boletín le brinde más información valiosa en su viaje, a medida que avanzamos.

Bendiciones,

Kim Humphrey
CEO/Director Ejecutivo

Blog Invitado: ¿Aceptación es lo mismo que aprobación?

Hablamos a menudo sobre la aceptación en nuestras reuniones de PAL. Sobre la aceptación también se habla con frecuencia en los programas de tratamiento del uso de sustancias, así como en las reuniones de AA.

En la página 417 de la cuarta edición del Libro Grande de Alcohólicos Anónimos dice: "La aceptación es la respuesta a todos mis problemas de hoy. Cuando estoy perturbado, es porque encuentro a alguna persona, lugar, cosa o situación, o algún hecho de mi vida, inaceptable para mí, y no puedo encontrar serenidad hasta que acepte que esa persona, lugar, cosa o situación es exactamente como se supone que debe ser en este momento. Nada, absolutamente nada, sucede en el mundo de Dios por error. Hasta que no pude aceptar mi alcoholismo, no pude permanecer sobrio; a menos que yo acepte la vida completamente en los términos de la vida, no puedo ser feliz. Necesito concentrarme no tanto en lo que necesita ser cambiado en el mundo como en lo que necesita ser cambiado en mí y en mis actitudes".

Cuando asistí a mi primera reunión de PAL, el facilitador me entregó una tarjeta con la cita sobre la aceptación y me animó a leerla varias veces al día para consolarme. Inicialmente, todo lo que podía pensar era "¿cómo aceptaré esta situación?" No podía entender cómo podría aceptar que esta era la forma en que mis hijos eligieron vivir sin sentir que yo aprobaba el comportamiento.

Esta pregunta continúa presentándose regularmente en las reuniones de PAL y con los padres con los que camino. La primera implicación que escucho de los padres es que sienten que si aceptan el estilo de vida de uso de sustancias de su hijo, entonces están de acuerdo en que está bien con ellos si su ser querido usa sustancias (es decir, que aprueban el comportamiento). Con respecto a lo que estamos tratando como padres y miembros de la familia, aceptar simplemente significa que aceptamos la verdad de la situación: tenemos un hijo o hija con trastorno por uso de sustancias. Aprobar en esta situación significaría que permitimos y/o estamos de acuerdo con que este comportamiento continúe.

En mi propia situación, decidí hacerles saber a mis hijos que estaba trabajando para aceptar la forma en que elegían vivir, aunque nunca aprobaría el uso de sustancias ilícitas.

Mi esposo y yo acabamos de celebrar 42 años de matrimonio. Tenemos un hijo juntos y tengo una hija extra que tenía 4 años cuando nos casamos.

Mi hijo siempre fue espontáneo y le encantaba ir rápido en karts y vehículos todo terreno. Amaba a su perro que siempre lo seguía cuando iba en cuatrimotor-ATV

Mi hijo comenzó a fumar marihuana a una edad temprana. Cuando tenía 14 años, la policía lo sorprendió fumando marihuana y usó la excusa estereotipada: "Lo estoy guardando para un amigo". Eventualmente pasó a consumir opioides y otras sustancias.

Ha estado entrando y saliendo de la cárcel desde que tenía 16 años, con la estadía más larga de dos años (esto ha sucedido varias veces). Ha estado en tratamiento seis veces, cinco veces a través del sistema judicial y una vez por su cuenta.

Siempre lo estaba capacitando dándole dinero, creyendo sus mentiras (porque esa era la ruta menos dolorosa), contratando abogados y haciendo cualquier cosa que pensara que podría salvarle la vida.

Encontré PAL en un canal de noticias local que estaba entrevistando a un facilitador de PAL. Nunca había oído hablar de PAL y era miembro de Al-Anon (ayuda para seres queridos de alcohólicos) desde hacía mucho tiempo, pero sabía que necesitaba más. Llamé a un amigo mío que estaba pasando por una situación similar, y empezamos a ir a las reuniones.

Vivir en gracia, perdón

Mientras trabajaba intensamente en mi afán por mantenerme intoxicado, perdido en mi enfermedad, muchas personas importantes quedaron atrás recogiendo los pedazos que tan imprudentemente había roto en mi camino. Últimamente, he notado que estaba reflexionando sobre esto más de lo habitual: este rastro de miseria que me seguía dondequiera que iba, y con quienquiera que interactuara en esos días sombríos.

Estos pensamientos del pasado pueden llevar consigo un agudo tinte de arrepentimiento y vergüenza. He tenido que aprender a lo largo de los años a vivir con el hecho de que durante mucho tiempo mi comportamiento y acciones aborrecibles resultaron directamente en una gran cantidad de dolor emocional, estrés, pérdida financiera, y crisis general en las vidas de amigos y familiares que me cuidaron.

Es fácil perderse en esos pensamientos a veces. Pero, al hacerlo, corremos el riesgo de caer en espirales de vergüenza o comportamiento autodestructivo que disminuye por completo nuestra utilidad para los demás en el aquí y ahora. Me encontré en una de estas situaciones el otro día. A través de una conversación casual con un vecino, me recordó inadvertidamente una situación de mi pasado que me hizo estremecer (algo de vergüenza obviamente todavía está asociada con la situación).

Me detuve en ello por un momento y me reconocí deslizándome hacia atrás en un proceso de pensamiento contraproducente, pero rápidamente recordé la belleza de la recuperación. Se me ha dado libremente un conjunto de herramientas espirituales que me permite abordar estos temas. Me acordé de lo que había hecho al principio de la recuperación para hacer todo lo posible para corregir una situación, para hacer las paces. No solo había recorrido el camino del perdón, sino que lo había reforzado con obras viables, en un esfuerzo por rectificar el daño que había hecho.

Eso, en sí mismo, es todo lo que podía hacer. No puedo cambiar el pasado o retroceder en el tiempo. No puedo volver a esos vestigios de memoria y extinguir cada onza de negatividad que pueda asociarse con esos pensamientos. Tal vez un mínimo de eso siempre existirá dentro de mí y hoy me doy cuenta de que eso es aceptable. Hoy me esfuerzo por vivir en recuperación, sanación y espiritualidad en un esfuerzo por mejorarme para que nadie más cargue con el peso de mis acciones negativas.

Me consuela esto. Encuentro paz en ello. Encuentro que Dios tiene una manera de trabajar en nuestras vidas para mitigar esa culpa y vergüenza cuando tomamos medidas por nuestra propia cuenta, para hacer las cosas bien. Él me proporcionó mucha fuerza en esos momentos. Por supuesto, no soy perfecto. Por supuesto, es un viaje. Por supuesto, es un camino para andar, aprender y crecer. Para ser mejores versiones de nosotros mismos, lo mejor que podamos, en cualquier momento.

Necesidad de algo más